Lucía Baquedano Azcona nació el 18 de diciembre de 1938 en Pamplona, provincia de Navarra, España. Estudió secretariado y trabajó durante 9 años como secretaria, hasta que contrajo matrimonio y se trasladó a Tarragona. De regreso a su Pamplona natal, fue madre de 4 hijos, que ya le han hecho abuela.
No se ha convertido en una autora de las que tienen más o menos relumbrón sino en alguien que disfruta escribiendo y asume el éxito sin mayor importancia. Por otra parte, es de justicia reconocer el esfuerzo de muchos de los actuales autores españoles, empeñados en hacer asequible a jóvenes y adolescentes el fenómeno literario; autores que escriben pensando en ellos y cuyas obras abordan los problemas que son propios de la adolescencia y de la juventud. Su forma de "hacer literatura", que no desmerece de otra cualquiera digna de tal nombre, está logrando, en buena parte, el fomento del hábito de la lectura entre los jóvenes. Son muchos los que participan de este esfuerzo, entre ellos Lucía Baquedano.
Cinco
panes de cebada narra la historia de Muriel, una maestra cuyo origen es de
Pamplona, al realizar las oposiciones le dan un puesto en un pueblo llamado
Beirreche.
Al principio
cuenta la historia que Muriel estaba contenta por lo conseguido, era lo que
ella quería, buscar un puesto de maestra y comenzar a trabajar con muchas ganas,
pero al llegar al pueblo se da cuenta que no es del todo como ella se lo imaginaba
(escuela vieja, los alumnos sin interés alguno…), y en sus pensamientos ronda
el abandonar el pueblo.
Muriel
pensaba que la estancia no iba a ser por mucho tiempo, y a pesar de todas las
dificultades que ella encontraba en aquel pueblo, comienza a trabajar y a
entusiasmarse por lo que hace y da una buena imagen a las personas de
Beirreche.
Comienza
a sentirse felíz con lo que está ejerciendo en Beirreche, cuyo objetivo era que
las personas tengan un mínimo de cultura para que luego en sus vidas puedan elegir lo que más les llene
y así puedan sentirse bien. Fomento en los alumnos la lectura y el entusiasmo
por aprender.
Conoce
a Javier Arive un habitante de Beirreche que tienen en común pensamientos, se
casan y viven en Beirreche durante toda su vida.
El mensaje
que puedo ver en esta lectura es la espera y el querer adaptarse a cada situación
aprovechando al máximo.
Me siento
identificado con Muriel al principio cuando ve que el pueblo tiene sus
defectos, no quiere ver más allá, y luego se da cuenta que es lo mejor que le podría
haber pasado pero todo esto porque se arriesgo a querer vivir el día a día
viendo lo positivo y esforzándose en sus propósitos, me identifico porque
cuando comencé mi actual carrera pensé que iba a ser todo de color de rosas
(asignaturas, compañeros, profesores, instalaciones y demás) y vi algo que no
me gusto y lo primero que pensé es salirme de la carrera. Al final iba viviendo
el día a día tratando de sacar lo positivo de cada situación, mirar a mi
alrededor con buenos ojos, siendo grato con lo que tengo y poco a poco me iba
llenando al extremo de decir me gusta lo que estoy haciendo, me llena como
persona y doy gracias por lo que tengo a mi alrededor.
Me ayudado
el tener un horizonte o cimento que es Dios, con su ejemplo ver que a veces no
es todo como lo queremos sino por cómo queremos que sea esa situación dando
gracias por lo que tenemos y queriendo a las personas que tenemos a nuestro
alrededor sin juzgar a nadie, porque no somos nadie para juzgar personas,
situaciones y demás.
Termino
con una frase espectacular:
“Sembraríamos cebada con nuestras manos. Cebada, porque de cebada eran los cinco panes que Cristo multiplicó y queríamos que esa tierra nos recordara siempre que todos tenemos algo que podemos dar, aunque algo sea tan sólo unos insignificantes panes de cebada"
BIBLIOGRAFÍA.
Baquedano, L. (1981). Cinco panes de cebada. Ediciones SM.